El problema del uso de la tecnología en el conflicto armado colombiano

En el transcurso de la guerra interna de Colombia la amenaza contra los derechos humanos se ha ajustado al desarrollo de las tecnologías de información modificando medios, estilos y mensajes. En el mundo, por su parte, las empresas capitalistas de vigilancia como Facebook, Microsoft, Google y Twitter constituyeron en 2017 el Foro Global de Internet para Combatir el Terrorismo (GIFCT) debido al avance mundial de las acciones.


En los inicios de la guerra interna nacional el escrito de texto breve o el mensaje oral de la amenaza estaba acompañado de grafitis, sufragios, coronas fúnebres, balas, dibujos de balas, siluetas de armas, croquis de tumbas, manchas de sangre, animales muertos. … Las llamadas telefónicas, los panfletos impresos, las listas públicas o las cartas privadas fueron medios preferidos por los victimarios de Colombia por los cuales anunciaban a ciertas personas que habían sido condenadas para ser asesinadas. Actualmente, los amenazadores utilizan Internet y los celulares inteligentes como instrumentos propicios para el delito de intimidar mediante terror y para dar a entender que se quiere hacer algún mal o daño a alguien.





El informe final “Hasta la guerra tiene límites” de la Comisión para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición, sobre violaciones de los derechos humanos, infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) y responsabilidades colectivas, aporta que algunas de las modalidades para las amenazas en Colombia han evolucionado en las tres décadas del conflicto armado. Con base en las entrevistas a las víctimas efectuadas por los miembros de la Comisión se destacan además las cadenas de violencias asociadas a la amenaza.


Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, aquel conjunto de normas que constituye el DIH trata de limitar los efectos de los conflictos armados, por razones humanitarias. De manera que todos los sujetos distintos a población civil, combatientes puestos fuera de combate, periodistas, médico personal, sanitario, religioso o humanitario no se pueden declarar «objetivo militar». En Colombia, a mediados de los años 1980, sin embargo, el lenguaje de la amenaza de muerte seguía denominando a las víctimas seleccionadas «objetivo militar» por el actor armado.





Desde la última década del siglo pasado, el actor armado expandido en grupos ilegales −guerrillas, paramilitares, narcotraficantes y delincuencia−, utilizó algunos servicios de la tecnología de información y comunicación −como los correos electrónicos, los mensajes de texto y las llamadas al celular. − para continuar con la amenaza de muerte. Inclusive, operaciones realizadas por el extinto Departamento Administrativo de Seguridad dan cuenta que hubo acciones dentro de Internet para amenazar a ONG de derechos humanos internacionales y colombianas. Se pretendía crear controversia en torno a aquellas organizaciones y usaron entre otras estrategias la guerra psicológica, el desprestigio, la creación de ONG falsas y el diseño de páginas web fachadas, según la información tomada de la Comisión de la Verdad “Persecución, estigmatización y exterminio de opositores políticos, magistrados, organizaciones de derechos humanos y periodistas por el DAS: 2000-2009”.

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